...hoy nos hemos despertado en la capital polaca con muchas ganas de visitar todos sus rincones, sus monumentales avenidas, sus iglesias, su ciudad vieja, sus palacios... de disfrutar de su famosa iluminación navideña, de su gastronomía, de su /gente...
Pero todo a su tiempo. Son cinco los días que tenemos por delante en Varsovia y tenemos un plan inicial que ya ha pensado (y planificado, como no podía ser de otra manera) y ha tenido en cuenta las fechas en las que nos encontramos, ya que los horarios cambian considerablemente, y muchos lugares incluso nos los encontraremos cerrados.
Asi que tras el desayuno, rumbo hacia el río con la intención de visitar la nueva Biblioteca de la Universidad. Bueno, no exactamente. Nuestra intención, cuando nos hemos acercado a este singular edificio, era subir a su azotea...
Es cierto que un jardín en invierno no tiene el encanto de otras estaciones del año, pero ¿cuántos jardines del tamaño de casi 2 campos de fútbol habéis visto en una azotea de un edificio? Unas sendas bien definidas, entre parterres, arbustos, claraboyas para iluminar la propia Biblioteca, por las que hemos caminado un rato.
Las vistas, por un lado hacia el skyline de la Varsovia moderna...
...y por el otro sobre el río, el Museo de las ciencias Copernico y el Barrio de Praga al otro lado, donde destacaba el Estadio Nacional, construido con motivo de la Eurocopa de futbol.
Tras esta primera parada, y siempre con el río a nuestro lado, hemos alcanzado la Plaza Zamkowy. Es la entrada a la ciudad vieja, pero también el inicio de la Ruta Real, que es nuestro objetivo para el día de hoy. Esta plaza tiene mucho encanto. La preside la columna de Segismundo III.
Proseguimos el camino por la peatonal calle de nombre impronunciable Krakowskie Przedmiescie , con un perfil de avenida de gran ciudad. Repleta de iglesias y palacios, tan solo los patinetes eléctricos de Lime se cruzan en nuestro camino, ya que hasta el día 2, como hacen los fines de semana de verano, la han cerrado al tráfico.
En muchas de estas iglesias hay un nexo con la vida de Chopin, uno de los ilustres varsovianos. Si no es donde tocó el órgano de niño, es donde dió su primer concierto o es donde descansa su corazón, como es el caso de la Iglesia de la Santa Cruz.
El Palacio Presidencial es el más grande de los palacios de Varsovia, y ante él hemos podido presenciar el cambio de guardia a las 12 horas. El día de momento fresco, alrededor de 5 grados y siempre con el cielo plomizo.
Más adelante, el Hotel Bristol, uno de los más antiguos y lujosos de la ciudad.
Por la misma calle hemos llegado a la entrada de la Universidad, con su bonita puerta con un escudo con un águila coronada por 5 estrellas que simbolizan las cinco primeras facultades de la Universidad.
El Campus, hoy cerrado, es un conjunto de bellos palacios y jardines, donde cada uno tien su función, entre rectorado, biblioteca antigua, Auditorio, etc. Todo un remanso de paz.
Aquí se encuentra el monumento a otro ilustre personaje de la ciudad, Nicolas Copernico, el de que la Tierra gira alrededor del Sol y todas esas teoría astrónomas.
Llegamos a la rotonda Charles de Gaulle, con su característica palmera artificial, justo en el cruce con la avenida de Jerusalén.
Aquí empezamos a ver grandiosos edificios de estilo comunista que es sus tiempos fueron sedes de diferentes estamentos del gobierno ruso cuando la ocupación.
La parada para comer, como no podía ser de otra manera, la hemos hecho en un Bar de Leche, establecimientos heredados de la época sovietica, nada ostentosos, donde se sirve comida polaca cien por cien, no sirven alcohol, pero todo está muy rico, raciones enormes y precios de hace 50 años. Hemos probado dos sopas, unos pierogi de espinacas y 2 vasos de Kompot, la bebida típica que sirven aquí, hecha de zumo de manzana. Creo que hemos pagado algo menos de 5€ por todo, y estaba muy rico. Lo más complicado ha sido hacerse entender, y saber qué era cada cosa que estaba escrita en la pared en perfecto polaco, de nuevo.
La plaza de las Tres Cruces nos adentra en una Varsovia alternativa, con edificios construidos al modo sovietico, edificios clasicistas de 7 plantas con fachadas de piedra, decoraciones con esculturas representando escenas obreras y pórticos frecuentes . Es la zona que se conoce como MDM.
Este tipo de construcciones va desde la Plaza Zbawiciela hasta la Plaza Konstytucji, destacando esta última por sus enormes faroles.
La última zona que hemos visitado hoy ha sido la zona más moderna, con sus rascacielos. Destaca entre todos ellos, el Palacio de la Cultura y la Ciencia, un regalo de Stalin al pueblo de Varsovia, y todo un ejemplo del realismo sovietico en el extranjero. De estilo casi idéntico a otros edificios ya construidos en la extinta URSS, se trata del edificio más alto de Apolonia, con sus 230 metros de altura y sus 42 plantas.
A su alrededor numerosos edificios de oficinas, hoteles y apartamentos, configuran una imagen muy distinta a la del resto de la ciudad. También es una zona repleta de centros comerciales, modernos y repletos de gent, ya que además de ser sábado, están de rebajas! Eso si, la niebla se estaba echando encima y empezaban a caer las primeras gotas...
Hemos hecho una parada para tomar algo en un sitio muy de nuestro estilo...
Mañana más. Seguiremos informando..
Hola Familia!!! Qué día más chulo y bien aprovechado!! La iluminación muy bonita, un besazo seguimos con vosotros.
ResponderEliminarHola!! Parece que ha sido un día estupendo e intenso! De acuerdo con Elena...preciosa la iluminación! Un abrazo!
ResponderEliminarY yo que pensaba que este año no había blog... Una agradable sorpresa. Os sigo la pista.
ResponderEliminarHola chicos,primer día completo. Que detalle más bonito el de los "seguratas". La iluminación Navideña de cuento.
ResponderEliminarBesitos