lunes, 7 de enero de 2019

Día #9: Día de Reyes

Último día en Polonia. Con mucha pena nos hemos levantado para tratar de  exprimir al máximo nuestros últimos momentos en Cracovia. Dia festivo nacional, aunque para nuestra sorpresa, lo es desde hace tan solo 10 años. La causa, el pasado comunista que aún le oprimía al país en algunos aspectos. Además, no se sigue la misma tradición que en España, con las cabalgatas de la víspera, y el despertar con la ilusión de recibir algún regalo si has sido bueno durante el año (eso es cosa de San Nicolas). Aquí, es más una celebración religiosa y no consumista (no nos sorprende, dado lo católicos que son los polacos, pero católicos de los de ir a misa, para que nos entendamos) organizada por diferentes asociaciones públicas y privadas en la que se realizan desfiles donde la gente va cantando villancicos. Este año, en Cracovia había tres desfiles representando a los Reyes Magos. Cada uno debía partir de una iglesia tras la correspondiente misa, iniciándose a continuación un desfile hasta la Plaza del Mercado donde las tres se juntarían para seguir con el festejo.

Pero vamos por partes. Atravesando el Planty, que estaba precioso con la nevada...

 ...y dejando atrás la Calle Real totalmente desierta,...

...nos hemos aupado al Castillo para ver las Habitaciones de Estado, un conjunto de salas donde lo que más destacan son los tapices de Flandes, los dibujos de las paredes, un trono real original usado por los reyes polacos y una sala con un artesonado en el techo donde aparecían cabezas de distintos personajes de la corte. Lo sentimos, pero no se podían hacer fotos.


A la salida, por la hora, no faltaba mucho para que acabara la misa más solemne, la de la Catedral. A su alrededor se iba congregando gente y más gente, disfrazados con trajes regionales (suponemos...), de guerreros , angelitos, etc.










Es tradición que la gente se ponga una corona de cartón para, digamos, ser parte también de la celebración. No ha sido nuestro caso, pero no hemos querido dejar la ocasión para saludar a alguno de los personajes...


Y con retraso, con la llegada del Rey Melchor que representaba nuestra procesión, hemos iniciado la caminata de descenso hasta la Plaza central. La nieve no dejaba de caer, y los villancicos de sonar. 







Una vez en la Plaza, la procesión de nuestro Rey Mago ha sido la última en llegar, mientras sus dos colegas le estaban esperando...





A nosotros se nos acababa el tiempo, y necesitábamos comer algo. Hemos optado por un menú sencillo en un milkbar más modernete que el de Varsovia, pero con igual éxito en cuanto a calidad y precio.


Con pena, tras volver al apartamento a recoger el equipaje, y dirigirnos a la estación de tren, atravesando por última vez el Planty...


....hemos dicho adiós a unos días de paz y tranquilidad, y que hemos disfrutado un montón. Polonia es un país con mucho que ofrecer, al menos su capital administrativa Varsovia y su capital turística Cracovia.

Gracias por seguirnos y por vuestros comentarios. Ahora, como siempre, tan solo nos toca decidir nuestro siguiente destino, nuestra siguiente aventura.

Seguiremos informando.









Día #8: Colina Wawel & Centro

Nos hemos levantado nevando. Pero eso no ha sido impedimento para seguir conociendo la ciudad.



Primero nos hemos acercado a un mercado próximo a nuestro alojamiento. El mercado de Hala Targowa, es lo más parecido a un mini mercado de abastos y al lado un mercadillo de ropa. Charcuterías, carnicerías, queserías ...., todo apetecible...





De aquí, nos hemos dirigido a la Colina de Wawel, centro del poder polaco en sus inicios independientes, al congregar la Catedral y el Castillo.


Están los dos dentro del mismo reciento amurallado, del que quedan tres torres en pie.....



Cracovia era la antigua capital del país, y aquí se coronaban a los reyes. Al estar en altura, hay vistas muy bonitas del río y hemos saludado a un personaje muy cracoviano...






No nos han dejado entrar en la Catedral. Por fuera, parece hecha a trozos con mucha mezcla de estilos, pero el conjunto es armonioso...



 




El patio del Castillo también nos ha gustado mucho...

De la colina, hemos bajado al centro a visitar los interiores del Collegium Maius o la Universidad Antigua, ya que el otro día sólo vimos el patio...






Curioso lugar, bien conservado y con diversos objetos expuestos a lo largo de una serie de salas, desde un oscar de Hollywood hasta objetos utilizados por Copernico en sus estudios....





Y como nos ha coincidido la hora, hemos podido ver a su reloj de “muñecotes” en funcionamiento. Creemos que son el rector, la reina, el rey... y el resto a echarle imaginación. Divertido.


Ya había hambre, y seguía nevando. Como es nuestra tradición en la festividad de Reyes, tocaba hacernos un brunch. Hemos seleccionado un lugar, alejado de todo turisteo y que llevábamos bien anotado: Wesolla Café. Madre mía qué bueno que estaba todo, y el café espectacular...






Tanto nos ha gustado que hemos pedido una segunda ronda.....

Hemos vuelto al centro antes de que se hiciera de noche, para hacerlo coincidir con la hora en punto, ya que es a las en punto, cuando un músico con una trompeta se asoma por las ventanas de una de las torres de la Basílica de Santa Maria y toca una melodía en recuerdo a una leyenda que dice que su música (y su vida) salvo a la Ciudad de ser atacada.



Y ya tocaba algo de shopping. Hemos recorrido la Lonja de los Paños, muy turístico pero peculiar, y hemos callejeado por las calles del centro de la ciudad.....


Nos merecíamos una cerveza (ya sabéis que esto de ir de tiendas agota!). Así que rumbo al Barrio judío, a uno de los locales clásicos de todas las guías., Alchemia. Vaya antro! La cerveza y la limonada estaban buenas, pero en todo el local había encendidas tres bombillas y un montón de velas....




En Polonia tienen mucha fama y mucha costumbre de comer en la calle en los food truck. En verano hace mucho calor y puede molar, pero en invierno a ver quién es el guapo que se quita los guantes por mucho hambre que tengas. No obstante, hemos hecho la cola para hacer un take away en uno de los sitos más típicos de la ciudad. Todos los días, una furgoneta Nysa color azul de la época comunista, se coloca en el mismo sitio, entre las ocho de la tarde y las tres de la mañana, delante del Mercado de abastos que visitamos esta mañana para saciar el hambre de todo el que se acerca por allí (que son muchos) para degustar su única especialidad: la Kielbasa a la brasa. Espectacular de rica...




Y con esto, a dormir en una noche mágica.
Mañana más. Seguiremos informando.